Un buen día puede empezar de maravillas con un yogurt bebible de gustos que no encuentro en Buenos Aires, como por ejemplo de piña colada. Además, se le suman un par de polvorones de cacahuate, y estoy hecha.
Considerando que los domingos la mayoría de los museos son gratuitos, aprovecharemos la situación. Tren ligero, combinación con el metro hasta la estación Bellas Artes y ¡voilà! Cerca del Zócalo hay un parque muy conocido: la Alameda Central. En frente se encuentra el Palacio de Bellas Artes, famoso por su telón de vitreaux, el cual no pude admirar ya que la cola para ingresar era de 3 cuadras. Nos limitamos a pispear la libreriía y la regalería.
A una cuadra de allí, siempre enfrentado a la Alameda, se encuentran 2 museos que quería visitar: el Museo de la Estampa (¡qué chasco!) y el Museo Franz Mayer (una maravilla). El primero, de estampas no tiene nada, pero fue grayuito no más. Una pequeña muestra de arte moderno, algo de caligrafía (ahí fui raudamente con mi cámara) y un vitral en el techo de la escalera, digno de fotografiar. El segundo debería ser un "must" aunque yo, como estudiante, pagué la mitad del valor de la entrada y mamá la tuvo que abonar completa. El recorrido dentro del lugar está bien marcado y tiene gran variedad de objetos, pinturas, etc. Comenzamos viendo una exposición temporal de platería moderna. Muchas cosas, muy bonitas, bien presentadas. Daban ganas de llevarse todo. Segunda expo temporal, una de cristal de murano. Algunas cosas muy lindas, otras no tanto, pero considerandome una casi-diseñadora, tenía que fotografiar todo lo que me llamara la atención (forma/color). De la colección estable, destacan la los azulejos y cerámicos, la platería y los rebozos (estos últimos no los encontramos, una pena).
En el patio central hay una fuente y un bar autoservicio, ideal para el cafecito de mamá. Rodeando el patio hay unas habitaciones con muebles de época. Se puede subir al 2º piso para ver más cosas. La regalaería tiene algunas cosas baratas, como por ejemplo unas agendas temáticas de años anteriores, con muchas fotos de buena calidad. Por $10 mex (US$1 aprox) me com`pré la de 1995 que es de rebozos. Satisfecha. Almorzamos en Sanborn's unas mini-sincronizadas de jamón y queso chiuahua y bebimos "manzanita" (gaseosa sabor manzana). En la calle compramos "Harry Potter y la Orden del Fénix" en dvd (pirata, obviamente) a $20 mex (US$2 aprox).
De vuelta a la Alameda, compramos unas entradas para hacer una excursión en un vagón de tranvía que recorre unas 10 cuadras por los alrededores de la Alameda y el Zócalo. ¡Excelente! Duró unos 45', con un guía muy simpático, divertido y atento. Pocas cuadras pero muuuuucha información. Ahí me enteré que en el 1500 y algo (creo) hubo una inundación muy grande. Nos mostró hasta dónde había llegado el agua y debían ser más de 2 metros. Por ese desastre, el centro histórico se mudó a Coyoacán. Mucha data interesante. Volvimos a ver el Zócalo, la Catedral Metropolitana, el Monte de Piedad y bastante más.
Cuando terminó el paseo, nos fuimos al Body Shop. Si nos conocen saben que no podíamos dejar de ir jejeje.
Cuando terminó el paseo, nos fuimos al Body Shop. Si nos conocen saben que no podíamos dejar de ir jejeje.
Seguimos caminando/paseando por la zona, buscamos un museo que ya estaba cerrado por ser más de las 18hs y volvimos por la Alameda disfrutando de una exposición de fotografías de China bastante expectacular.
Metro y tren ligero para volvr al hotel, pero sin el paso obligado por el Superama (¡wow!). Nuestro antojo de ensalada dominó la noche, así que cenamos en el hotel (regular tirando a malo el servicio y la comida, pero necesitábamos verdura fresca).
Vimos la película en la habitación, me bañé y a la camita a descansar...