martes, 11 de septiembre de 2007

Último día juntas, martes 31 de julio

Nuestro lunes: levantadas desde temprano, no desayunamos pero fuimos a acompañar a Gloria al banco. Aprovechamos para ver bien por donde cruzar la calle para tomar el pesero o el camion (colectivos en porteño).
Volvimos a la casa y nos enseñó a conectarnos a internet desde su computadora. Vimos mails y bajamos a desayunar unas uvas, nueces y sandwichs de pechuga de pavo ahumada y queso tipo manchego. Muy rico todo.
Con mamá decidimos ir a ver una exposición de vidrio, que vimos la publicidad en el metro. Buscamos dónde quedaba, organizamos el viaje y partimos.
¡No más tren ligero!
A una cuadra y media de la casa de
Gloria está la parada del pesero/camión que termina en Chapultepec ($4 mex, aproximadamente US$0,4). De ahí metro, combinación hasta llegar a Bellas Artes. Salimos cerca del Edificio Postal, asi que nos dimos el gusto de mirarlo por adentro. Todo blanco y drado, había una muestra de esculturas de metal en el interior. Muy lindo, grandiosa la escalera, los ascensores, el techo de vitraux.
Luego fuimos al Museo de Arte Popular, cruzando la Alameda Central. La muestra era pequeña pero interesante. Había varios caleidoscopios para deleitarse con esas imagenes siempre cambiantes. Mucho color. Pasamos por la regalería para comprar souvenirs para nuestra gente de acá.
Después fuimos a comer al Sanborn's que habíamos ido el domingo. Pedimos taco
s de pollo y un coctel de frutas para compartir. De tomar nos pedimos cada una un "Smoothie" sin chamoy (mamá de mango y yo de piña). Los smoothies son licuados de fruta con hielo y el chamoy es un picante (puede ser en polvo o líquido) que se le echa al vaso. Delicioso. En la foto se ven mal los colores porque la cámara digital ya estaba agonizando, no sabemos lka razón, y sacaba las fotos híper claras y con los colores distorcionados.
Quisimos volver a entrar al Palacio de Bellas Artes pero otra vez estaba hasta las bolas de gente. Decidimos ir caminando hasta el mercado del Zócalo para comprar una gorra para sol y anteojos negros para mí. de ahí seguimos caminando hasta la estación de metro Pino Suarez (estación "Tortillas" para nosostras, porque unos de los primeros días de nuestro viaje una nena dijo que el dibujo de esta estación parecía, efectivamente,
unas tortillas).
Una anécdota "carolinesca": la estación Pino Suarez tiene varias entradas y salidas. Resultó ser que nosotras bajamos por una que hacía un recorrido por un centenar de librerías, pero no había entradas/salidas habilitadas hasta llegar a la más próxima a la estación. Mi sensación de claustrofobia casi nubla mi día. A medida que avanzaba sentía que me alejaba del lugar por donde podía "escapar" y a la vez me acercaba a la supesta nueva salida. No la pasé bien, pero lo superé agilizando el paso y tratando de no pensar demasiado. Pobre la gente que trabaja ahí. Hay muchos locales lejísimos de salidas, es un lugar sin luz natural, sin el "aire" de afuera. No gracias,paso. Jajajaja
Ya en Chapultepec, nos costó encontrar la parada del pesero/camión de vuelta. El chofer de la ida nos dijo que la parada estaba "al final de la mera banqueta" (¿?). La pregunta hubiese sido: ¿cual de todas las banquetas (veredas, aceras)? Es una zona tipo terminal de colectivos, con varias callecitas paralelas, por donde pasan decenas y decenas de pesero y camiones. Finalmente la encontramos: era la última parada en la última "banqueta". Destino: Bosque de Las Lomas (¡cuidado! que no sea el que diga "Las Palmas").
La esquina de la casa de Gloria estña adornada con arbustos recortados prolijamente, con formas de anim
ales, muy simpático,
Comimos "tostadas" que nos preparó la dueña de casa. Son tortillas de maíz fritas (sequitas y duritas) con una buena capa de frijoles refritos, unas rebanadas de aguacate (palta), lechuga, crema y queso canasta. ¡Qué ricor! Caí en la tentación de repetir bajo la insistencia de nuestra anfitriona. Valió la pena. Para rematarnos nos armó unas sincronizadas (quesadillas de jamón y queso).
Así fue más o menos mi último lunes en el DF, el día previo a que mamá comenzara su curso (la razón por la que hizo el viaje).
Será hasta la próxima.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Cambio de hospedaje, lunes 30 de julio

Temprano en la mañana comenzó a sonar el teléfono de la habitación de l hotel. Una de esas personas que llamaron, fue una colega de mamá que le ofreció hospedarnos en su casa de huéspedes. Decidimos armar las valijas, hacer el check-out en el hotel y pasear un poco por la ciudad este (único) lunes.
Comenzamos el día comprando regalos para los más pequeños de la flía. No podía faltar nuestra visita obligada al Superama. Luego fuimos al Vip's a comer (era tarde para desayunar). Yo pedí un menú que venía con consomé de pollo y fajitas de res con pimientos, cebollas y frijoles. Mamá se pidió pollo con brócoli, nopal y queso cottage.
Fuimos hasta la estación del tren ligero y encaramos para la dirección opuesta al metro: Xochimilco. Podría decir que estuve en "Xochi", pero no vi canales, trajineras, chinampas, ni nada relacionado a este lugar que, dicen, hay que visitar. A la cuadra y media de alejarnos de la estación de tren ligero, mamá decidió que no le gustaba la zona y volvimos. (¡Miedosa!)
Una mini-anécdota: cuando estábamos esperando que llegue el siguiente tren, una señora que estaba esperando a unos pasos nuestros. Se colocó delante nuestro tan descaradamente, que la expresión de mamá fue notada por una nena que iba con esta señora, que la obligó a volver a donde estaban antes. Notamos que, en general, los mexicanos son asi: un tanto maleducados (e irrespetuosos) en cuanto a estos temas. En los medios de transporte, no se levantan para darle el asiento a nadie (ab-so-lu-ta-men-te-a-na-die). Ni embarazadas, ni personas con bebés, ni personas mayores. De todas maneras, si noté que suelen ser muy amables y serviciales en otras cosas.
Sigo con mi relato del lunes. Volvimos a hacer combinación con el metro hasta la estación Zócalo. En el camino no pude evitar comprar un cd con la historia de Timbiriche en mp3 (si mal no recuerdo tenía que comprar cd's en mi viaje, no? jajajaja) Paseamos por la feria/mercado/Constitución/Retiro/Once. Compramos algunas cosillas que necesitábamos y otras que sólo nos interesaron jejeje.
Mientras caminabamos por la zon se largó a llover. Entramos a un Vip's y pedimos un café (para mamá) y una ensalada de frutas con nieve de limón (para mí). Necesitaba comer fruta y, la verdad, estaba deliciosa. Aunque fue la ensalada de frutas más cara de mi vida ($58 mex = US$5,8 aprox). Valío la pena: sandía, melón, papaya, naranja, pomelo (toronja), durazno y ananá en almíbar, con una bochja de helado de limón al agua muy rica. Acá les llaman "nieves" a los helados al agua.
Fuimos a buscar a la colega de mamá que trabaja en la UNAM. Metro desde la estación Bellas Artes hasta Hidalgo, combinación ("correspondencia" como le dicen acá) con la línea que va a la Ciudad Universitaria. Caminamos sin encontrar el edificio de Ciencias del Mar y Limnología, hasta que conseguimos direcciones precisas. La Ciudad Universitaria de allá es gigantesca. Tomamos el bus interno de ahí y llegamos bárbaro.
Gloria, la colega de mamá, no llevó en auto hasta el hotel a buscar las valijas y de ahí a su casa. El viaje fue bastante largo. La C.U. queda en el sur-centro de la ciudad, el hotel queda un poco más al norte que la C.U. y Gloria vive en el norte-oeste (en una zona residencial que se llama "Bosque de Lomas"). Para llegar tomamos el (famoso) Periférico. Pude sacar un par de fotos movidas, como me gustan a mi, con los colores de la noche contrastando con las luces de los autos. ¡Hermoso lugar! Casas enormes, muy arbolado. Gloria nos llevó al Superama de ahí cerca y nos llenó de comida jajajaja. Cenamos tamales de pollo con salsa roja y sala verde y una sincronizada de pura gula. Toda comida rápida y deliciosa. Gloria es experta en comidas de 5 minutos, con todas cosas compradas, que sacan de apuros a cualquiera. Aprendí mucho con ella. Ya contaré más al respecto.
La casa de huéspedes consta de: una habitación con una cama matrimonial, un placard y nu escritoria; un pequeño living con un futón, un placard (más pequeño) y un sillón reclinable; un sector con heladera y microondas; y un baño que parece más chico de lo que en verdad es. Está todo muy bien puesto, hay libros y revistas de todo tipo y color. La dueña de casa se lució.
La verdad que no me puedo quejar. A descansar y prepararse para el último día junto a mi santa madre.