martes, 19 de febrero de 2008

¡Hasta la próxima! Domingo 05 de agosto

El domingo empezó súper temprano. Gloria nos llevó hasta el aeropuerto, un poco más tarde de lo que me hubiese gustado a mí, pero no tuvimos ningún tipo de probelma. Nos contó que el viaje que hicimos de 20 minutos, en otro momento del día toma 3 horas debiso al gran caudal de tránsito.
El enorme Benito Juárez nos recibió una vez más. Hice el check-in, me toco un asiento horrible: anteúltima fila, asiento del medio. En el avión de Mexicana las filas se dividen de a 2-3-2 y tuve la mala suerte que me tocoó en el medio de 3. ¡Qué espanto! Me junté de coraje, traté de no darle demasiado lugar a mi claustrofobia y me resigné. Me despedí de mamá y emprendí mi vuelta a casa, solita, pero feliz de haber podido cumplir este sueño.
El primer scanner de seguridad:
Empleado del aeropuerto: señorita, ¿usted tiene una tijera en su equipaje de mano?
Yo: ehh (haciendo memoria) sí
E: ¿me permite verla?
Y: sí, por supuesto (abrí la mochila, busqué la cartuchera y ahí estaba, mi siempre amiga tijera que me había olvidado de ponerla en la valija, como viajó a la ida) aquí está
E: gracias (el empleado toma la tijera, la observa detenidamente) disculpe señorita (devolviéndome la tijera), pero no puede viajar con esta tijera.
Y: bueno, no hay problema, la dejo acá
E: ¿no tiene a nadie que la haya acompañado para devolverle la tijera?
Y: sí, pero no hay problema, se la dejo acá. En Buenos Aires me compro otra.
E: ¿está segura?
Y: sí, no se haga problema

¡Son increíbles! Parecía que me tenía miedo, pero no como si yo fuese a hacer algo, no sé, fue muy loco.
Sigo contando. Fui a la sala que me correspondía esperar. En eso llega una señora que se me sienta al lado y comenzamos una de esas charlas ligeras, bien de aeropuerto, la hora, el clima, lo lindo de Mexico, etc. Me cuenta que venía de Canadá de visitar a una de sus hijas (la otra vive en México). Me dijo que había llegado temprano a hacer el check-in y que no tenían sistema en ese momento, así que tenía que pedir asiento antes de subir al avión (¿?) Ella había ido expresamente con antelación para conseguir asiento en la mitad del avión, porque en el viaje de ida le había tocado viajar atrás y dijo que se movía mucho. Le conté mi situación de última fila-al medio-claustrofobia. Muy simpática la señora y los que me conocen saben que no me cuesta entablñar conversación con nadie. Al final, después de unas puestas en su lugar a los empleados de ahí, le dieron su asiento en una fila del medio, como ella quería. Como empezamos a abordar nos saludamos cordialmente.
Me senté en mi asiento, toda mentalizada, desando que las personas a mis costados fuesen amables y respetuosas de mis fobias jajaja Cuando terminó de subir toda la gente las azafatas empezaron a reorganizar los asientos a su gusto: que atrás no viaje esa chica porque ese asiento es para la jefa de las azafatas y lo quería para descansar, que esos chicos no vayan ahí, que puede sentarse allá, que puede sentarse acá. De repente aparece una azafata que me mira sonriente y me dice que había una señora que no sabía mi nombre pero me invitaba a sentarme al lado de ella, que había un asiento vacío más adelante, más o menos por las filas del medio del avión. ¡Señora! ¡Le estaré eternamente agradecida! Viajé en el medio, sí, pero al lado de esta amable persona que se acordó de mí y decidió ayudarme sin conocerme. Seguimos charlando durante el vuelo, contandonos nuestras vidas.
Llegamos a Buenos Aires y siguieron las buenas acciones. Hicimos la cola para migraciones, yo estaba muy nerviosa porque "Norita" (el sobrenombre de mi mamá cuando hace cosas dignas de 'mamicidio' jeje), y le toca el turno a esta señora-sin-nombre. Ella se acerca a la ventanilla y empieza gritarme: "¡hija! hija! Vení que es nuestro turno". Y hacia allí fui. Ni miraron mi papel. Ella lo predijo, cuando viajas con tus padres miran los papeles del adulto responsable. Luego yo la ayudé buscando carros para las valijas. La ayudé a comodarlas a medida que llegaron y nos despedimos. Ella pudo irse antes que yo, tenía un viaje más todavía: micro hasta bahía Blanca. Yo esperé a la súper pesada valijota, la subí al carrito y enfilé al último escáner. Cuando estaba en la cola abren un escáner más y se empieza a formar otra cola. Una señora se cuela adelante mío y un oficial le hace gestos para que siga de largo, yo la seguí. ¡Safé de manipular semejante valija! A la salida la encontré a la señora generosa del avión, la saludé afectuosamente y le desée el mejor viaje.
Ricardo me esperaba afuera para llevarme a la fiesta de casamiento de mi prima Verónica. Cuando llegamos allá mi familia se la pasó preguntándome por el viaje y yo contándoles todas las anécdotas.
Al día siguiente empezaba las clases del segundo cuatrimestre...

sábado, 16 de febrero de 2008

Anteúltimo día, sábado 4 de agosto

¿Qué mejor manera para pasar el último sabado que gastando plata con mamá? jajajaj Feria de San Ángel (que está únicamente abierta los sábados) y Feria de Coyoacán.
Me desperté tempranito y nuesta excelente anfitriona Gloria me ofreció para desayunar un poco de chilaquiles con salsa verde (pedacitos de tortilla de maíz -totopos- bañados con salsa verde, adornados con crema y queso canasta) y papaya con jugo de limón. Voy a extrañar comer papaya, que me encanta. Y voy a extrañar que me concientan tanto.
Ambas ferias/mercados estaban plagadas de gente. En la de San Ángel compramos unos regalitos que nos faltaban y algunas cositas que queríamos para nostras. Así se nos pasó la tarde...
De almuerzo: medio sandwich de jamón serrano y queso con una limonada (otra de las delicias que voy a extrañar de acá)
Fuimos a un museo, no recuerdo el nombre ahora. Había una fuente hecha de pedazos de cerámicas rotas. Impresionante. Tenían unas habitaciones dedicadas a la numismática y a la salida había unas fuentes con semillas de cacao y pudimos traernos algunas de souvenir.
En Coyoacán merendamos nieves (helados al agua). Mamá pidió de guanábana y yo de tuna. ¡Deliciosísimos!
Para cenar Gloria nos llevó a una taquería que se llama "El Farolito"... Mmmmmm ¡qué ricor! Pedimos: tacos al pastor (carne de res con piña), de cochinita pibil (carne de cerdo con cebolla y una salsa medio dulzona), con chicharrones (mejor no repetir), y más que no recuerdo. Había montones de variedades para elegir. Para beber nos pedimos unos jugos que se llaman "colorín" que son unos licuados de tutti-frutti que son prácticamente adictivos. Espectacular todo.
Volvimos a lo de Gloria para ver los mails, vimos un rato de tele y volvimos al depto. ¡Qué buen sábado!
El domingo súper temprano parto a Buenos Aires.

jueves, 14 de febrero de 2008

Último día sola, viernes 3 de agosto

Solita pero bien... El día fue aprovechado al máximo. Aunque dormí poco y mal, me levanté alrededor de las 11, me preparé y tipo 12 partí hacia el Superama que está en frente al hotel Real del Sur. ¿Por qué? ¡Pues por la cámara digital que tenían de oferta! jajaja Además para comprar unos juguitos, chocolates y demás males necesarios.
Pesero hasta Chapultepec, de ahí varias combinaciones de metro y tren ligero. En el camino de ida en metro compré unos cd's con programas de mayas y aztecas.
De ahí me fui al VIP'S a almorzar (hamburguesa VIPS que tenía jitomate, lechuga, queso cebolla, con papas a la francesa -"fritas"- y queso fundido). De beber una deliciosa garrafa de limonada.
Vuelta al tren ligero y combinacion de metro para llegar a la espectacular "Villa". La "Villa" o "Villa de Guadalupe" es donde está la Basílica de la Virgen de Guadalupe. Enorme y magnífica en toda su grandeza. Había mucha gente recorriendo la zona, muchísima más adentro de la basílica en misa, pero todo el mundo tranquilo y respetuoso. Noté que había una cantidad importante de policías en la entrada, vaya uno a saber porqué.
Alrededor de las 5 de la tarde decidí volver a la casa de Gloria.
Compré un chaleco de polar a $50 mex en el camino (porque el mío estaba agonizando ya jeje)
Creo que son 3 línes de metro desde la Villa hasta Chapultepec y de ahí el pesero. Tuve un pequeño percance en el viaje de vuelta. En un momento un chico le pidío el vuelto al chofer y éste no se lo quería dar. El pasajero amanazaba con llamar a la policía, el chofer amenazaba con arrancar el vehículo y no frenr hasta quién sabe cuando y los pasajeros se quejaban por los 2. Finalmente el conductor se resignó, le dió el vuelto y seguimos en marcha. Afortunadamente frenó en las paradas requeridas, incluída la mía.
Cuando llegué a casa, el hijo de Gloria me dijo que mamá me anduvo llamando pero no me pude comunicar con ella. Al rato sí habló conmigo para invitarme a comer con 3 colegas de ella que habían estado el año anterior en Buenos Aires. ¡Trío de locas lindas! "Los ángeles de Charly las llamamos, son unas divinas, súper divertidas. Es imposible no aburrirse con ellas. ¡Las adoro! Fuimos al centro comercal a cenar. Elegimos un restaurant de lo más fino (yo ordené una sopa de flor de calabaza que estaba muy rica) y de postre pasamos por un puesto de Häagen Dazs (coconut macaroon para mi)
Vuelta a la casa a preparar la valija (la grande, para poder traer todos los regalitos). Jugamos a la canasta con mamá y perdí como de costumbre.
Anécdota: en el viaje de ida a Chapultepec una señora se me puso a hablar y amenizó mi viaje con recetas mexicanas y argentinas. Es muy amable la gente de acá.
¡Hasta el sábado será! Vuelta a mi Buenos Aires querido.

miércoles, 13 de febrero de 2008

On my own, jueves 2 de agosto

Me costó dormirme y dormí poco. Elegí dormir en el futón, pero era durísimo, tuve un poco de frío y me desperté con un cascarudo al lado :S
Tranquilita empezó mi mañana. Cuando se fue mamá me cambié de cama y habré descansado entre hora y hora y media cuando decidí preparar todo para salir. ¿Destino? Chapultepec.
Desayuné algo, no recuerdo ué exactamente, y me fui a tomar el bus. Enseguida vino el pesero que me llevaba hasta allá.
Cuando llegué tuve que caminar un poco para orientarme y encontrar el camino para ir al Castillo de Chapultepec. Pero la caminata vale la pena, los Bosques de Chapultepec son una joyita verde, los pulmones de la ciudad. Además pude comprar una cámara de fotos descartable ya que la digital sacaba las fotos blancas.
LLegué al castillo y pude entrar gratis por ser estudiante.
El edificio, que funciona como Museo Nacional de Historia, está en la cumbre del Cerro Chapulín. Se llega por un camino que va dando la vuelta al cerro como un caracol. Misteriosamente no me cansé demasiado con la subida.
El lugar es bellísimo. Sobre todo la parte que funcionaba
como residencia de los reyes y presidentes que vivieron ahí.
Para volver, bajé el cerro con calma, disfrutando de la maravillosa vista y pude encontrar fácilmente la parada de camiones.
Llegué alrededor de las 3 de la tarde. Me fui a la cocina de la casa de Gloria y me preparé unas sincronizadas (quesadillas de jamón y queso) y tomé unos vasos de jugo de naranja. Riquísimo.
Volví al depto y descansé un rato hasta que mamá regresó con Isabel (18hs aprox). Juntas fuimos otra vez a la casa de Gloria a revisar mails y ver películas en dvd.
Cenamos en el depto unos deliciosos tamales (comprados en el super y calentados en la microondas jejeje).
Ya bañada y lista para dormir, me preparo para el viernes...

Descanso, miércoles 1º de agosto

Voló el día... Día de descanso, mucha siesta y tranquilidad. El almuerzo consistió en un sandwich de queso y pavo ahumado y una sopa instantánea de pollo (tipo sopa china pero sin sabor a sopa china).
Cuando mamá volvió de su primer día de curso estuvimos charlando con Isabel, su colega de Morelia. Y el tiempo pasó.
Alrededor de las 21 hs fuimos a cenar a la cocina de Gloria: salchichas de pavo con ensalada de tomate y lechuga.
Nada más que esto de este día de relax. El jueves será bien mío.